Dimensión comunicativa

DIMENSIÓN COMUNICATIVA













Está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y fenómenos de la realidad; a construir mundos posibles; a establecer relaciones para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y sentimientos. 

En la edad preescolar el interés por el mundo físico y de los fenómenos se profundiza y no se limita a las propiedades sensoriales de los objetos, sino a cualidades más esenciales que no logra a través de los sentidos; para descubrirlas, comprenderlas y asimilarlas, necesita de un interlocutor, quien aparece ante el niño como dinamizador de sus discusiones y confrontaciones, esta posibilidad de comunicación se la brindan sus pares, familias y docentes encontrando solución a tareas complejas. En el desarrollo de los niños y las niñas en relación con los demás, la lengua desempeña una función muy importante.

Para Halliday la lengua “es el canal principal por el que se le transmiten los modelos de vida, por el que aprende a actuar como miembro de una “sociedad” y a adoptar su “cultura”, sus modos de pensar y de actuar, sus creencias y valores”.

Entre más variadas y ricas son sus interacciones con aquellos que lo rodean y con las producciones de la cultura, más fácilmente transforma sus maneras de comunicarse, enriquece su lenguaje,  expresividad e igualmente diversifica los medios para hacerlo mediante la apropiación de las nuevas posibilidades que le proporciona el contexto, en ese sentido se puede ver, que legitimar prácticas como la comunicación verbal y no verbal en la infancia, no es sólo una cuestión de orden pedagógico, es además, un problema político. Concebir a los niños y niñas como sujetos con derecho a participar, conlleva a asumirlos desde temprano como interlocutores válidos de la cultura a través de la utilización de los diferentes lenguajes.

Sin embargo, el lenguaje oral es usado para narrar relatos, experiencias y describir situaciones. Esta “lengua del relato”, que se encuentra en los cuentos, las canciones, la poesía y en las historias que se narran a los niños y niñas, tiene muchas similitudes con la lengua escrita: es más rica en su estructura gramatical, en la manera de organizar los contenidos, en la amplitud del vocabulario y en sus posibilidades estéticas y expresivas, la lengua relato es conocida por los niños y niñas a muy temprana edad y se familiarizan con las características de formas de lenguajes más elaboradas, lo cual les permite descifrar y expresar sus emociones e imaginar mundos posibles. 

Desde el comienzo de la vida, los niños y las niñas tienen un potencial comunicativo que les permite usar el lenguaje como herramienta para establecer un diálogo con la cultura y para asumir un lugar en el mundo de lo simbólico.
El desarrollo de la dimensión comunicativa en la niñez se dirige a:
Ser abierto al diálogo y a la confianza.

Ser respetuoso de la palabra del otro.

Ser capaz de interactuar significativamente e interpretar mensajes con sentido crítico.

Tener y usar vocabulario respetuoso y adecuado.
Ingreso al Mundo de lo Simbólico, la conquista del lenguaje humano: Para el nuevo ser que ingresa al mundo de lo simbólico, ahora separado de su madre, el llanto es el primer lenguaje del bebé y al “traducirlo” con palabras, la madre, el padre o sus cuidadores le otorgan al recién nacido un lugar en la cadena del significado. Todos los elementos verbales y no verbales que introducen en su mundo la palabra, tacto, gesto, mirada, postura y movimientos, enmarcan sus primeras conversaciones. Los ritmos que establecen para acudir a sus llamados y responder a sus  necesidades crean una estructura predecible que es la base de la comunicación.

Acercamiento progresivo al Lenguaje Verbal: Entre el primer y el segundo año de vida, el lenguaje verbal se va consolidando y permite, no solamente nombrar las necesidades más inmediatas como tete, papá, agua, sino también,  empezar a hacer declaraciones sobre el mundo para compartirlas con otras personas un pío, dice el bebé, señalando un pajarito o papá fe, anuncia, para indicar que el papá no está.


Entre el segundo y el tercer año de vida el lenguaje verbal se va sofisticando: Las sencillas palabras del comienzo se organizan en enunciados cada vez más complejos, además continúan explorando palabras y normas que gobiernan el lenguaje como lo demuestran algunos de los típicos “errores” que cometen al conjugar los verbos irregulares. El hecho de decir “no cabo”, por no quepo, o “yo pusí”. Esta intención de manejar reglas lingüísticas suele coincidir con la incorporación de reglas sociales relacionadas con independencia, como aprender a ir al baño, asumir pequeñas responsabilidades, esperar turno en los juegos o hacer sencillos pactos con sus amigos para compartir los juguetes.

Acercamiento al Lenguaje Escrito: Durante los últimos
años de la Educación Inicial, los niños y las niñas comienzan a mostrar interés sobre el lenguaje escrito, el cual requerirá bastantes años para su construcción. Si bien se trata de un proceso propio de la educación formal, los ancestros de la comunicación escrita, cimientan sus raíces en esas experiencias de lenguaje vividas durante la primera infancia, los gestos, el juego y el dibujo brindan a los niños y las niñas la posibilidad de representar simbólicamente la ausencia de objetos, personas y acciones. La escucha activa y el contacto con diversas experiencias literarias, le brindan un rico repertorio que enmarca su deseo de leer y de escribir como necesidad vital y no como una simple tarea escolar.

Ejes de trabajo Pedagógico: La dimensión comunicativa busca proporcionar herramientas para que los maestros y maestras propicien ambientes y experiencias literarias y comunicativas en las que niñas y niños puedan expresarse de manera espontánea y natural, a partir de las interacciones que establezcan con sus pares, con los adultos y con la cultura. En este sentido, se proponen los siguientes ejes, los cuales en la vida cotidiana están ligados indisolublemente:
Comunicación no verbal: Se refiere a todos esos lenguajes “sin palabras”, los cuales tienen una importancia trascendental durante el primer año de vida y que también siguen presentes después de aprender a hablar como las relaciones que los bebés establecen con sus primeros cuidadores como postura, movimientos, tacto, llanto, miradas y los elementos paralingüísticos como entonación, acento, ritmo, musicalidad gestuales que acompañan la comunicación oral durante toda la vida y que matizan las tenciones comunicativas. 

La exploración natural de sonidos como gorjeos, balbuceos, onomatopeyas e inflexiones de la voz; los juegos corporales, las coreografías y las rondas, la lectura de imágenes y de libros ilustrados, la mímica y los juegos teatrales, las expresiones del rostro y del cuerpo, son posibilidades, entre muchas otras, para trabajar este eje.

Las niñas y niños pequeños están enfrentados a una tarea muy difícil que es comprender a los demás, aún sin ser usuarios plenos de la lengua oral. Sólo leyendo la cara y gestos de sus cuidadores logran comprender eso que los otros quieren o sienten, sus intenciones y estados en un momento.

Desarrollos por fortalecer de 1 a 3 años de edad: 
La maestra o maestro posibilitará experiencias en las cuales el niño y la niña:
Descubra las posibilidades para expresar sentimientos, emociones, ideas y deseos, por medio de llantos, miradas, gestos y movimientos corporales, al comienzo, como su lenguaje principal, y progresivamente, como complemento de su expresión oral.

Explore las posibilidades que tiene para identificar, en sus cuidadores y en sus pares, intenciones, sentimientos, emociones y deseos, interpretando paulatinamente elementos que acompañan a la oralidad, tales como la entonación de la voz, su intensidad, sus acentos y sus ritmos, así como la postura, los movimientos del cuerpo y la expresión del rostro, Por ejemplo: leer miradas, caras, gestos, tonos, matices, etc.).

Disfrute, explore y otorgue sentido a los primeros libros de imágenes y libros- álbum, a las imágenes, las fotografías, los avisos publicitarios y otros lenguajes gráficos y audiovisuales de su entorno cotidiano.

Disfrute de ambientes y momentos en los que tenga la oportunidad de expresar y comprender mensajes, valiéndose de lenguajes no verbales, como la expresión corporal y artística, y la lectura de imágenes, entre otros. 

Se familiarice con sencillos códigos no verbales presentes en su entorno cercano y en la ciudad, tales como avisos que indican el paradero del bus, los símbolos que indican lugares del jardín como baño, zona de alimentación, parque etc.

Desarrollos por fortalecer de 3 a 5 años de edad:
La maestra o maestro posibilitará experiencias en las cuales el niño y la niña:
Comprenda paulatinamente y con mayor precisión el significado de diferentes medios de representación icónica como las convenciones de tránsito, las señales que indican la ruta de evacuación en su jardín y los símbolos de la ciudad.

Utilice diferentes medios no verbales para expresar algún mensaje, tales como símbolos gráficos en el dibujo, la expresión plástica, musical, los juegos teatrales y la mímica.

Enfatice, acompañe y apoye su expresión oral por medio de elementos  no verbales que impliquen el uso de su cuerpo y rostro levantar las cejas, fruncir el ceño, entrecerrar los ojos, señalar con el dedo ganando paulatinamente en fidelidad a los mensajes que desea comunicar.

Otorgue significados cada vez más acertados a las expresiones no verbales de los demás niños, niñas y adultos.

Continúe estableciendo contacto con diferentes materiales impresos que contengan imágenes y a los que pueda darles significado, como las caricaturas, los afiches, los anuncios publicitarios, los libros, álbum, las obras de arte, los dibujos, etc.

Los múltiples y variados juegos con el lenguaje oral, en los que los niños y niñas tienen la posibilidad de ir y volver, de encontrarse, y alejarse, de escuchar y decir, en un prolongado vaivén, potencian sus capacidades de comunicación.

Es el caso del tradicional juego “tope-tope-tope-tun” en el que el adulto invita al niño y la niña a continuar su melódica frase, a responder a la intención de ir y venir con el lenguaje.

Los juegos con palabras, como los juegos de sorteo el zapatico cochinito o en la casa de Pinocho las rondas, las interacciones cotidianas; la natural exploración de sonidos orales; la lectura conjunta en voz alta; la escucha de canciones, rimas, poesías, narraciones, tanto provenientes de la tradición oral como de la literatura infantil; son prácticas que les muestran a los niños y niñas la lengua y sus características.

Desarrollos por fortalecer de 1 a 3 años de edad.


Exprese oralmente sus necesidades e intereses referidos a personas y objetos de su entorno cotidiano.

Comprenda cada vez más situaciones comunicativas en las que participa y a través de las cuales obtiene información de su entorno e identifica la acción e intención de los demás.

Afiance su comunicación, incrementando gradualmente su vocabulario y el uso adecuado de diferentes expresiones lingüísticas que enriquezcan sus interacciones comunicativas.

Use progresivamente y de manera diversificada el lenguaje oral para relacionarse con los demás, influir en ellos para obtener lo que desea, expresar su individualidad, imaginar e inventar, explorar su entorno y comunicarse.

Participe de varias situaciones comunicativas presentes en lo cotidiano en las que use el lenguaje oral para interactuar, hacer pactos, comunicarse, relatar sus vivencias y expresar deseos, necesidades y sentimientos.

Escuche, disfrute y juegue con rimas, poemas, arrullos, trabalenguas, rondas y otros textos poéticos para familiarizarse y deleitarse con las posibilidades estéticas del lenguaje, afianzar su conciencia fonológica y desarrollar su sensibilidad.

Desarrollos por fortalecer de 3 a 5 años de edad.
La maestra o maestro posibilitará experiencias en las cuales el niño y la niña:

Conozca, comprenda y use nuevo vocabulario y estructuras sintácticas en diversas situaciones de la vida cotidiana y comunitaria.

Participe en situaciones comunicativas cotidianas que propicien la necesidad de explicar y argumentar sus ideas y puntos de vista.

Disfrute, explore, comprenda y elija textos literarios de diversos géneros: poesía (de tradición oral y de diversos autores); narrativa, libros- álbum y libros informativos cada vez más elaborados, según sus intereses y sus preferencias.

Disfrute de la oralidad, a través de la escucha y de la producción de juegos de palabras, onomatopeyas, rondas y canciones, entre muchas otras posibilidades.

Use el lenguaje para interactuar, jugar, comunicar y expresar deseos, necesidades, opiniones, ideas, preferencias y sentimientos y relatar sus vivencias en las diversas situaciones de interacción presentes en lo cotidiano.

Amplíe gradualmente sus posibilidades de comunicación y expresión, participando de diversas situaciones de intercambio social en las cuales pueda contar sus experiencias y oír las de otras personas.


Utilice el lenguaje verbal para solucionar problemas cotidianos, para hacer acuerdos con sus compañeros y adultos para expresar sus puntos de vista en diversas situaciones de la vida escolar.

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